SINTOMAS DEL CONYUGO
Patricia
Factorovich
Este trabajo
esta inspirado en preguntas y reflexiones que me surgieron escuchando a parejas que consultaron por problemas en su vínculo, así como por los relatos de pacientes sobre los fracasos en sus vidas amorosas, sus
repeticiones sufrimientos etc.
Este titulo en su primer parte, síntoma,
responde al modo en que Freud y Lacan conceptualizaron
la vida erótica.
¿Por qué
conyugo?
Por que la vida amorosa hoy en día esta
organizada principalmente en parejas y matrimonios .Vínculos conyugales. Y cónyuge
designa a cualquiera de los miembros de
un matrimonio en su relación jurídica con el otro. Cada cónyuge tiene
obligaciones y derechos para con el otro de la pareja según lo marca el código
civil. Cónyuge viene de conyugo.
Vamos a
conyugo. Del latín el prefijo “con” indica reunión o acción conjunta. Y el verbo iugum que indica “uncir con un yugo” Iug indica unión, raiz indoeuropea proveniente del sánscrito. El yugo es un artefacto de madera que sirve
para atar a los bueyes o las mulas entre sí, y a ambos al arado o carro. Estos
dos bueyes que tiran del arado forman una yunta. Por extensión yunta se aplica
también a otros animales que trabajan unidos y a las personas que de a pares hacen las
misma tareas juntas.
En el emblema
de Fernando II DE Argón y V de Castilla (1452- 1516) quien se casó con Isabel
de Castilla había un yugo por que este tiene forma de Y griega que es la
primera letra de Isabel y a partir del siglo xv comienza la costumbre cortesana
de usar la inicial del otro de la pareja. En el siglo XX el yugo y las felchas
eran utilizados por la faslangue española como su símbolo.
Interesante
que lo conyugal tenga esa historia y esa etimología. La lengua va sumando
efectos de sentido… Pero yugo también tiene la connotación de una carga pesada,
así como la cruz de Jesús por ejemplo. ¿Lo pesado es lo que hay que sortear o
lo pesado es la yunta?
Las yuntas
Los síntomas
del parletre se dan en un lazo social. Nosotros analistas nos la vemos con estos
síntomas que se suceden en las formas
sociales provistas por nuestra cultura. Evidentemente estas dos cosas están
entrelazadas. ¿Qué es lo variante y que lo invariante de lo que sucede entre
los síntomas y las formas de los lazos?
El matrimonio
es una de las formas predominantes que nos propone la cultura occidental, judeo-
cristiana. Casarse forma parte de los
ideales sociales a tal punto que “ser”
soltero puede hacer diagnóstico de
rareza.
Hay otras
formas aceptadas por los usos y
costumbres. Tienen sus nombres: amistad,
amistad con derecho a roce, amantazgo, noviazgo, pareja, concubinato, unión civil.
Muchas de ellas son preparatorias de la consumación del matrimonio.
“Hace 8 meses
que salimos, no puede dejarme sin hablarme antes”, “corresponde que me llame” “es
mi novia no puede desaparecer en el fin de semana,” ya me habla de convivir es
demasiado pronto”, o “no me propone nada así al relación no progresa “
Así hablan
nuestros pacientes del amor y el sexo
contextuado en estos lazos con su consabida legalidad interna .
Dice
Lacan hombres y mujeres, sitiados por
una organización política y especificados por el inconsciente, dice Lacan.
La pareja
monogámica es la más extendida si bien no es la única posibilidad. Existe el
harem en los países árabes, que es una forma poligámica de sexualidad, o existen
pueblos organizados en comunidades y no en familias y habrá otras.
El matrimonio como lo conocemos hoy no es eterno porque no es natural. Tiene su
historia.
Hasta casi el
siglo xIx la razón para los matrimonios era la descendencia y sobre todo
asegurar las cuestiones hereditarias ya
que estas eran no eran obligatorias si no a elección.
Matris munium para el cuidado de la madre. En
Roma no era necesario contraer matrimonio para tener sexo o hijos. Los esclavos
carecían del derecho a hacerlo. En la
Grecia clásica era un contrato privado entre familias. No hay
palabra para matrimonio en griego antiguo. “Enqué” que sería algo así como garantía de caución y
además a la mujer la heredaban sus hijos
su marido o sino su familia de origen. En la Edad Media también era
una cuestión patrimonial y sucesoria. Otro lugar para los sentimientos.
El matrimonio
por amor, como lo conocemos hay estaría fechado en el s XIX coincidente con el
amor romántico. Escribe Irving Singer “el
amor es la unicidad con el alter ego, su otra mitad. Un hombre o una mujer que
compensará las propias deficiencias, responderá a las inclinaciones más
profundas de nuestro ser y se convertirá probablemente en la única persona con
la cuál pudiéramos establecer una comunicación total. Este vínculo sería
partícipe de un orden social construido sobre la base de relaciones amorosas
que nos unirían y a la vez con la naturaleza”
Repito: la conexión
entre sexo amor romántico y matrimonio es de inicos del s 19.
Aún hoy hay distintos tipos de matrimonios: el
matrimonio civil o el religioso (que
para el cristianismo es un sacramento, por lo tanto indisoluble;) Los
matrimonios arreglados y no elegidos por amor que en China e India aún hoy son
importantes en número. También los matrimonios por conveniencia por ejem. en
las monarquías y otros dueños de fortunas que cuidar.
Sobre los síntomas
Freud a quien
refiero no por hacer historia sino porque son muy actuales sus observaciones
clínicas sobre este tema, escribió muchos textos sobre los desencuentros entre los hombres y las mujeres. Ese desencuentro entonces pasó a formar parte
de la normalidad neurótica y lo llamo síntoma.
Cita a
Von Ehrensfels en “La
Moral Sexual Cultural y la Nerviosidad Moderna ” artículo que publica en la revista “PROBLEME”
EN 1908. Von Ehremsfels en 1907 escribe
en su “Sexualethik” que la institución
matrimonial promueve, una “Doble Moral” Mientras se generan mentiras e infidelidades entre los cónyuges,
por el otro lado hay un endiosamiento
social de la monogamia que muestra en acto esa doble moral.
¿Y cuales
serían esos síntomas conyugales o “parejales”?
Por mencionar
algunos en “Las contribuciones a la Vida
Erótica ” (Tipo Particular de elección de objeto en el hombre
1910- Sobre la degradación de la vida amorosa 1912 Y EL Tabú De la Virginidad 1918) leemos
como síntomas del vínculo matrimonial a
los celos, la infidelidad y el hastío.
En el varón la
infidelidad o bigamia tienen su origen
en la repetición con sus parejas de las corrientes tierna y sensual que
conformaron el amor y el deseo en la etapa edificas. Donde juega el amor no
juega tanto el deseo. Lo llama degradación. Aún vigente, es decir, un escuchable
clínico. Si nos habla de Edipo y de repetición esta poniendo este síntoma a
cuenta de la estructuración subjetiva. Sería Una invariante.
Pero además dice que el matrimonio instaura una prohibición respecto
de la sexualidad, porque restringe los
objetos posibles de intercambio amoroso a uno solo y entonces a mayor prohibición mayor escisión
Allí el síntoma lo carga a cuenta del matrimonio monogámico.
Y las mujeres, se cobrarían con sus maridos todos
los sufrimientos y privaciones que tuvieron que soportar de su madre, buena razón
para el engaño. O tal vez por despecho
con el marido. ¿Envidia fálica o dificultades de la repartija de poderes
inherentes al vínculo matrimonial?
Freud se desliza permanentemente de
vida amorosa a vida matrimonial.
Lo usa indistintamente.
Los
celos condición erótica en el varón, a
causa de la disposición bisexual. Elegir una mujer de vida fácil, dice. En la
mujer podemos leer que son una forma de incluir a la otra.
Y el hastío…se vincula con el “hasta que la
muerte nos separe”. Este es uno de los deberes que los conyugeas firman como
obligaciones al casarse.
Otros son:
fijar residencia, fidelidad mutua, socorrerse en salud y enfermedad, y además
derechos como el sucesorio, bienes gananciales,
y otros. Los síntomas sexuales (impotencia o frigidez) a veces son producto
del hastío, es decir de la caída del deseo sexual. ¿Porque vendría el hastío?
Esther Perel
una analista belga dio en Rosario una conferencia sobre las dificultades del
deseo en las relaciones a largo plazo. Se pregunta ¿Porque una buena intimidad amorosa no garantiza buen sexo contrariamente a lo que
se piensa? Creo que su pregunta apunta a
las diferencias entre amor y deseo.
Y sigue ¿Podemos desear lo que ya tenemos? Los
analistas lacanianos sabemos que a veces deseamos lo que no tenemos, y a la vez no gozamos de lo que sí tenemos a disposición.
Diferencias entre deseo y goce. Ella propone la infidelidad como un
estimulante. La seguridad que el amor pide, achata al deseo, nos dice. El deseo
necesita espacio, aire, alteridad y el amor pegoteo. Posesión y garantias.
Y las
extensas teorizaciones lacanianas sobre los desencuentros se pueden subsumir en
el aforismo “No hay relación sexual en el ser hablante”. No hay complementación
entre los partenaires de ese intercambio
al que también nombra como comercio y batalla sexual. Además la bipolaridad
sexual no es una evidencia, es una diferencia en los goces.
Por todo esto
parece difícil articular amor deseo y goce en las parejas.
El amor nos mete de lleno en el terreno de los
equívocos, las demandas, los intentos de
hacer uno de dos. A veces tragedia a veces comedia.
El deseo
siempre esquivo. Ser la causa del deseo para alguien, ese objeto
que no sabemos que somos. El objeto, perdido, intenta recuperarse en la
elección de algún partenaire del que se espera esa satisfacción. Y cuando el
vacío inevitablemente reaparece es fuente de querellas. Y de distancias.
¿Y los goces?
A veces los fantasmas se engarzan y a veces no. Coalescencia fantasmática. Y
cuando esta combinación fantasmática, que relanzaba los deseos se rompe….pasa
lo peor.
A pesar de
las dificultades la gente sigue casándose y emparejándose. Ancore hace nuevos intentos.
Pueden ser varios en una vida. Y hasta grupos que no disponían de ese derecho
batallan para obtenerlo. Saben que en julio del 2010 se sancionó la ley de
matrimonio igualitario que permite el casamiento a personas del mismo sexo.
¿Por qué ese
continuado entusiasmo?
En el entre dos de la pareja es donde se juega mejor la ilusión de completud.
Además el casamiento, hasta que la
muerte nos separe, ilusiona con una garantía, y con la eternidad que es tan cara al amor dada su condición de
contingente. Digo ilusión porque ni bien alguno de los dos empieza a hablar ya
se escucha esa disonancia entre lo que se esperaba y lo que se da.
Y esta forma
de matrimonio romántico nos ilusiona con encontrar eso. Porque pone el amor en
el centro y lo demás, familia descendencia, como dependiendo de esto. Las
pasiones, el engrandecimiento narcisitico del partenaire Todas las formas imaginarias
de posesión del objeto, de control, de preferencialidad, se ven satisfechas con
la propuesta matrimonial Una forma particular de velar el no hay relación
sexual.
Estos
síntomas no tienen cura. Son de estructura. Son lo invariante.
Se puede trabajar para desenredar y remitir a
cada cual a sus cuestiones. Para deshacer ese atajo que es el pasaje por el
compañero para remitirse a lo propio. Para soportar las diferencias. Y los límites propios y del
compañero.
En otras
formas de lazo social estos síntomas se presentarían de otras maneras.
Y a ese
respecto cada pareja puede encontrar sus modos. Eso es lo variante y lo dificil
ara los psicoanalistas que los escuchan
En la película reciente sobre Hanna Harent se
muestra como ella comparte escenas con su marido y la amante de este y eso no
parece crear ningún inconveniente. Allí la infidelidad y los celos no son un síntoma por que no
generan malestar. Al menos no en la escena pública. De hecho ni siquiera es el
tema central de la película. Simplemente se muestra como le servía para
chusmear al respecto con su amiga.
Hay parejas
unidas por un amor fuerte y sin
sexo. Y otras donde alguno de los cónyuges tiene además una relación homosexual. Estas
parejas no responden en todo al modelo romántico ni a lo propuesto por el
código, civil. Sin embargo funciona el
acuerdo si los fantasmas conbinan.El malestar no se localiza en esos lugares.
Los síntomas son otros o tomarán otras formas.
Para
terminar.
Lacan nos enseño a interrogar la cultura, y la época,
que es dinámica, cambiante. Por que a veces podemos confundir lo invariante de la estructuración subjetiva con los mandatos u ordenamiento que la cultura
provee. No escapa ami percepción lo intrincado de estas articulaciones para un
espacio tan breve.
Pero preguntarnos
sobre estas cuestiones pienso que nos puede ayudar a no naturalizar ciertas cosas. A no confundir
estructura con ideología para poder suspender con más facilidad tal vez tanto la moral (es decir los goces de
los analistas) como los ideales que la época nos propone.
Patricia
Factorovich
Octubre 2013