sábado, 24 de mayo de 2014

SINTOMAS DEL CONYUGO

Patricia Factorovich


Este trabajo esta inspirado en preguntas y reflexiones que me  surgieron escuchando a parejas que  consultaron  por problemas en su vínculo, así como por los  relatos de  pacientes sobre los  fracasos en sus vidas amorosas, sus repeticiones sufrimientos etc.
 Este titulo en su primer parte, síntoma, responde al modo  en que Freud y Lacan conceptualizaron la vida erótica.
¿Por qué conyugo?
 Por que la vida amorosa hoy en día esta organizada principalmente en parejas y matrimonios .Vínculos conyugales. Y cónyuge  designa a cualquiera de los miembros de un matrimonio en su relación jurídica con el otro. Cada cónyuge tiene obligaciones y derechos para con el otro de la pareja según lo marca el código civil. Cónyuge viene de conyugo.

  Vamos a conyugo. Del latín el prefijo “con” indica reunión o  acción conjunta. Y el  verbo iugum que indica  “uncir con un yugo” Iug  indica unión, raiz   indoeuropea proveniente del sánscrito.  El yugo es un artefacto de madera que sirve para atar a los bueyes o las mulas entre sí, y a ambos al arado o carro. Estos dos bueyes que tiran del arado forman una yunta. Por extensión yunta se aplica también a otros animales que trabajan unidos y a las personas que de a pares  hacen  las misma tareas juntas.

En el emblema de Fernando II DE Argón y V de Castilla (1452- 1516) quien se casó con Isabel de Castilla había un yugo por que este tiene forma de Y griega que es la primera letra de Isabel y a partir del siglo xv comienza la costumbre cortesana de usar la inicial del otro de la pareja. En el siglo XX el yugo y las felchas eran utilizados por la faslangue española como su símbolo.
Interesante que lo conyugal tenga esa historia y esa etimología. La lengua va sumando efectos de sentido… Pero yugo también tiene la connotación de una carga pesada, así como la cruz de Jesús por ejemplo. ¿Lo pesado es lo que hay que sortear o lo pesado es la yunta?
Las yuntas
Los síntomas del parletre se dan en un lazo social. Nosotros analistas nos la vemos con estos síntomas  que se suceden en las formas sociales provistas por nuestra cultura. Evidentemente estas dos cosas están entrelazadas. ¿Qué es lo variante y que lo invariante de lo que sucede entre los síntomas y las formas de los lazos?
El matrimonio  es una de las formas predominantes  que nos propone la cultura occidental, judeo- cristiana.  Casarse forma parte de los ideales sociales a tal punto que  “ser” soltero puede  hacer diagnóstico de rareza.
Hay otras formas  aceptadas por los usos y costumbres. Tienen sus nombres: amistad,  amistad con derecho a roce, amantazgo,  noviazgo, pareja, concubinato, unión civil. Muchas de ellas son preparatorias de la consumación del matrimonio.
“Hace 8 meses que salimos, no puede dejarme sin hablarme antes”, “corresponde que me llame” “es mi novia no puede desaparecer en el fin de semana,” ya me habla de convivir es demasiado pronto”, o “no me propone nada así al relación no progresa “
Así hablan nuestros pacientes del  amor y el sexo contextuado en estos lazos con su consabida legalidad interna .
Dice Lacan  hombres y mujeres, sitiados por una organización política y especificados por el inconsciente, dice Lacan.
La pareja monogámica es la más extendida si bien no es la única posibilidad. Existe el harem en los países árabes, que es una forma poligámica de sexualidad, o existen pueblos organizados en comunidades y no en familias y habrá otras.
 El matrimonio como lo conocemos hoy  no es eterno porque no es natural. Tiene su historia.
Hasta casi el siglo xIx la razón para los matrimonios era la descendencia y sobre todo asegurar las cuestiones hereditarias  ya que estas eran no eran obligatorias si no a elección.
 Matris munium para el cuidado de la madre. En Roma no era necesario contraer matrimonio para tener sexo o hijos. Los esclavos carecían del derecho a hacerlo. En la Grecia clásica era un contrato privado entre familias. No hay palabra para matrimonio en griego antiguo. “Enqué”  que sería algo así como garantía de caución y además a la mujer  la heredaban sus hijos su marido o sino su familia de origen. En la Edad Media también era una cuestión patrimonial y sucesoria. Otro lugar para los sentimientos.
El matrimonio por amor, como lo conocemos hay estaría fechado en el s XIX coincidente con el amor romántico.  Escribe Irving Singer “el amor es la unicidad con el alter ego, su otra mitad. Un hombre o una mujer que compensará las propias deficiencias, responderá a las inclinaciones más profundas de nuestro ser y se convertirá probablemente en la única persona con la cuál pudiéramos establecer una comunicación total. Este vínculo sería partícipe de un orden social construido sobre la base de relaciones amorosas que nos unirían y a la vez con la naturaleza”
Repito: la conexión entre sexo amor romántico y matrimonio es de inicos del s 19.
Aún hoy  hay distintos tipos de matrimonios: el matrimonio civil o  el religioso (que para el cristianismo es un sacramento, por lo tanto indisoluble;)   Los matrimonios arreglados y no elegidos por amor que en China e India aún hoy son importantes en número. También los matrimonios por conveniencia por ejem. en las monarquías y otros dueños de fortunas que cuidar.

Sobre los síntomas
Freud a quien refiero no por hacer historia sino porque son muy actuales sus observaciones clínicas sobre este tema, escribió muchos textos  sobre los desencuentros entre  los hombres y las mujeres.  Ese desencuentro entonces pasó a formar parte de la normalidad neurótica y lo llamo síntoma.
 Cita  a Von Ehrensfels en “La Moral Sexual Cultural y la Nerviosidad Moderna”  artículo que publica en la revista “PROBLEME” EN 1908.  Von Ehremsfels en 1907 escribe en  su “Sexualethik” que la institución matrimonial  promueve,  una “Doble Moral”  Mientras  se generan mentiras e infidelidades entre los cónyuges, por  el otro lado hay un endiosamiento social de la monogamia que muestra en acto esa doble moral.
¿Y cuales serían esos síntomas conyugales o “parejales”?
Por mencionar algunos en “Las contribuciones a la Vida Erótica” (Tipo Particular de elección de objeto en el hombre 1910- Sobre la degradación de la vida amorosa 1912 Y EL Tabú De la Virginidad 1918) leemos como síntomas del vínculo  matrimonial a los celos, la infidelidad y el hastío.
En el varón la infidelidad o bigamia  tienen su origen en la repetición con sus parejas de las corrientes tierna y sensual que conformaron el amor y el deseo en la etapa edificas. Donde juega el amor no juega tanto el deseo. Lo llama degradación. Aún vigente, es decir, un escuchable clínico. Si nos habla de Edipo y de repetición esta poniendo este síntoma a cuenta de la estructuración subjetiva. Sería Una invariante.
 Pero además dice que  el matrimonio instaura una prohibición respecto de la sexualidad,  porque restringe los objetos posibles de intercambio amoroso a uno solo  y entonces a mayor prohibición mayor escisión Allí el síntoma lo carga  a cuenta del  matrimonio  monogámico.
 Y las mujeres, se cobrarían con sus maridos todos los sufrimientos y privaciones que tuvieron que soportar de su madre, buena razón para el engaño.  O tal vez por despecho con el marido. ¿Envidia fálica o dificultades de la repartija de poderes inherentes al vínculo matrimonial?
 Freud se desliza permanentemente  de  vida amorosa a  vida matrimonial. Lo usa  indistintamente.
Los celos  condición erótica en el varón, a causa de la disposición bisexual. Elegir una mujer de vida fácil, dice. En la mujer podemos leer que son una forma de incluir a la otra.
 Y el hastío…se vincula con el “hasta que la muerte nos separe”. Este es uno de los deberes que los conyugeas firman como obligaciones al casarse.
Otros son: fijar residencia, fidelidad mutua, socorrerse en salud y enfermedad, y además derechos como el sucesorio, bienes gananciales,  y otros. Los síntomas sexuales (impotencia o frigidez) a veces son producto del hastío, es decir de la caída del deseo sexual. ¿Porque vendría el hastío?
 Esther  Perel  una analista  belga  dio en Rosario  una conferencia sobre las dificultades del deseo en las relaciones a largo plazo. Se pregunta    ¿Porque una buena intimidad amorosa  no garantiza buen sexo contrariamente a lo que se piensa?  Creo que su pregunta apunta a las diferencias entre amor y deseo.
 Y sigue ¿Podemos desear lo que ya tenemos? Los analistas lacanianos sabemos que a veces  deseamos lo que no  tenemos, y a la vez no  gozamos de lo que sí tenemos a disposición. Diferencias entre deseo y goce. Ella propone la infidelidad como un estimulante. La seguridad que el amor pide, achata al deseo, nos dice. El deseo necesita espacio, aire, alteridad y el amor pegoteo. Posesión y garantias.
Y las extensas teorizaciones lacanianas sobre los desencuentros se pueden subsumir en el aforismo “No hay relación sexual en el ser hablante”. No hay complementación entre los partenaires de ese  intercambio al que también nombra como comercio y batalla sexual. Además la bipolaridad sexual no es una evidencia, es una diferencia en los goces.
Por todo esto parece difícil articular amor deseo y goce en las parejas.
 El amor nos mete de lleno en el terreno de los equívocos,  las demandas, los intentos de hacer uno de dos. A veces tragedia a veces comedia.
El deseo siempre esquivo.  Ser  la causa del deseo para alguien, ese objeto que no sabemos que somos. El objeto, perdido, intenta recuperarse en la elección de algún partenaire del que se espera esa satisfacción. Y cuando el vacío inevitablemente reaparece es fuente de querellas. Y de distancias.
¿Y los goces? A veces los fantasmas se engarzan y a veces no. Coalescencia fantasmática. Y cuando esta combinación fantasmática, que relanzaba los deseos se rompe….pasa lo peor.
A pesar de las dificultades la gente sigue casándose y emparejándose. Ancore hace nuevos intentos. Pueden ser varios en una vida. Y hasta grupos que no disponían de ese derecho batallan para obtenerlo. Saben que en julio del 2010 se sancionó la ley de matrimonio igualitario que permite el casamiento a personas del mismo sexo.
¿Por qué ese continuado entusiasmo?
 En el entre dos de la pareja es  donde se juega mejor la ilusión de completud. Además el  casamiento, hasta que la muerte nos separe, ilusiona con una garantía, y con la eternidad que es  tan cara al amor dada su condición de contingente. Digo ilusión porque ni bien alguno de los dos empieza a hablar ya se escucha esa disonancia entre lo que se esperaba y lo que se da.
Y esta forma de matrimonio romántico nos ilusiona con encontrar eso. Porque pone el amor en el centro y lo demás, familia descendencia, como dependiendo de esto. Las pasiones, el engrandecimiento narcisitico del partenaire Todas las formas imaginarias de posesión del objeto, de control, de preferencialidad, se ven satisfechas con la propuesta matrimonial Una forma particular de velar el no hay relación sexual.
Estos síntomas no tienen cura. Son de estructura. Son lo invariante.
 Se puede trabajar para desenredar y remitir a cada cual a sus cuestiones. Para deshacer ese atajo que es el pasaje por el compañero para remitirse a lo propio. Para soportar  las diferencias. Y los límites propios y del compañero.
En otras formas de lazo social estos síntomas se presentarían de otras maneras.
 Y  a ese respecto cada pareja puede encontrar sus modos. Eso es lo variante y lo dificil ara los psicoanalistas que los escuchan
 En la película reciente sobre Hanna Harent se muestra como ella comparte escenas con su marido y la amante de este y eso no parece crear ningún inconveniente. Allí la infidelidad  y los celos no son un síntoma por que no generan malestar. Al menos no en la escena pública. De hecho ni siquiera es el tema central de la película. Simplemente se muestra como le servía para chusmear al respecto con su amiga.
 Hay parejas  unidas por un amor fuerte  y sin sexo.  Y  otras donde alguno de los cónyuges  tiene además una relación homosexual. Estas parejas no responden en todo al modelo romántico ni a lo propuesto por el código, civil.  Sin embargo funciona el acuerdo si los fantasmas conbinan.El malestar no se localiza en esos lugares. Los síntomas son otros o tomarán otras formas.
Para terminar.
Lacan  nos enseño a interrogar la cultura, y la época, que es dinámica, cambiante. Por que a veces podemos confundir lo  invariante de la estructuración subjetiva  con los mandatos u ordenamiento que la cultura provee. No escapa ami percepción lo intrincado de estas articulaciones para un espacio tan breve.
Pero preguntarnos  sobre estas  cuestiones pienso que nos puede ayudar  a no naturalizar ciertas cosas. A no confundir estructura con ideología  para poder suspender  con más facilidad  tal vez tanto la moral (es decir los goces de los analistas) como los ideales que la época nos propone.

Patricia Factorovich
Octubre 2013