miércoles, 29 de agosto de 2012

Inconciente y temporalidad. Freud en Benjamin. por Abel Langer


Inconciente y temporalidad

 

Freud en Benjamin

                                          

                                             “El instante es ése equívoco en el cual tiempo y eternidad se tocan y es ése contacto que acarrea el concepto de tiempo en el cual el tiempo no cesa de recusar la eternidad y en el cual la eternidad no deja de penetrar el tiempo. Solo entonces toma sentido nuestra división en tiempo presente, tiempo pasado y tiempo por vivir”

                                              

                                                                                                                                                 Sören Kierkegaard

                                                     

 

                                                     La cualidad que define a la Modernidad está inscripta como salto que constituye y que tiene como referencia al siglo XVI entendido este siglo como experiencia del instante y entendida por sus contemporáneos como experiencia de muerte y como momento del juzgamiento por Dios, dado que los hombres del siglo XVI se pensaban a las puertas del juicio final es decir que vivíase la irrupción del tiempo, la "temporalidad del tiempo", como una experiencia cósmica y final, como un destino de fin de la especie por haberse entrometido en los caminos del creador. En el siglo XVI, desde los que leían y practicaban la astrología hasta los pastores de las iglesias reformadas o fieles a Roma anunciaban que había llegado el momento del juicio final y que se estaba en los umbrales del apocalipsis. Ése era el tiempo: el del apocalipsis por haber disrrumpido el orden divino, tiempo de ruptura y tiempo roto en la cabeza del hombre de occidente (Agnes Heller: “El hombre del renacimiento”)

 

                                                 La historia que construirá la metodología positivista, de trabajo y de elaboración, permite que sea abordada y leída como la temporalidad que antecede lógicamente. La sucesión lógica -un hecho antecede a otro u otros- es de pertinencia exclusiva de la historiografía y de la ciencia positiva a diferencia de la lógica establecida por Freud para la construcción del concepto de inconciente donde la dimensión lógica y temporal están subsumidas en el concepto de aprés-coup: una formación sintomática, permitirá entender y dar significación a los sucesos que la antecedieron y donde la espacialidad temporal se condensa en un único espacio: pasado, presente y futuro ya no serán pasibles de dividir en fronteras concientes e intangibles, estando el pasado del sujeto y de la humanidad pasibles de hacerse presente a su vez en la inteligibilidad de cualquier acto humano.

                                                  

                                                    Es en el psicoanálisis donde encontramos que el tiempo, conceptualizado desde la otra lógica, la lógica del inconciente, abre esta hiancia por donde aparece el pasado, para que podamos "hacer ese tremendo esfuerzo que viene haciendo el hombre a lo largo de la historia de trabajar sobre el único tiempo realmente infinito, que no es curiosamente el futuro sino el pasado." Nicolás Casullo, "La banalidad del bien" (Rev. El Rodaballo, nov. l994).

                                                Huella mnémica que sostiene, justifica y explica toda la producción del aparato psíquico, y es Freud quien, al ofrendarnos la conceptualización del muerto que habita al vivo produce, entre otras, la posibilidad de pensar las estrategias del tiempo y dos concepciones diferentes de trabajar el tiempo y la memoria. "Que el excluido produzca la ficción que lo narra en una "manera de hablar" cómica o trágica, ésa es la verdad de la Historia." dirá Michel de Certeau. Por lo tanto, el excluido de la conciencia, el desalojado por el yo conciente vuelve y vuelve por los caminos y las grietas menos pensadas, vuelve en los sueños, en los síntomas, en los fallidos, en los olvidos, en los lapsus y también en la forma paradojal de la repetición: esencia del retorno de lo que se pretende excluir, olvidar, renegar, expulsar: retorna siempre y es entonces desde donde podemos decir con Marx que "todas las generaciones de los muertos oprimen como una pesadilla el cerebro de los vivos." ("El XVIII Brumario de Luis Bonaparte").

                                                  Concepción del tiempo y la memoria diametralmente opuesta a la que establece la historiografía en donde encontramos la voluntad explícita de establecer una delimitada frontera entre el pasado y el presente, creando lugares propios para cada uno, clasificando al pasado en un lugar distinto del presente, suponiendo una continuidad genealógica que postula unidades homogéneas: el siglo, el país, la clase social, etc.: siempre tendremos al mismo hombre. Estableciendo una condición de elaboración a través de datos y fuentes corroborados fehacientemente así como la voluntad conciente de no realizar ni elaboraciones ni inferencias que no estén sostenidas nada más que por el interés de elaboración de acuerdo al modelo racional-científico de la ciencia. 

                                                     

                                                        Aquí debemos señalar, también, que Freud es quien interviene en la historia, entra para decir de la historia introduciendo en ella toda su batería conceptual y conjetural. En "Una neurosis demoníaca en el siglo XVII" toma el caso de un sujeto que vivió en otra época histórica y nos muestra cómo trabaja con el sujeto y con la historia: como si fuese una mina a cielo abierto. Ahí donde para el historiador no hay documentos Freud muestra cómo elabora desde los indicios, busca la huella como un verdadero pesquisa y conjetura hipótesis.

                                                       A su vez, las producciones historiográficas de la lógica del lugar y del nombre Freud las somete a la deformación. Dice Michel de Certeau que "El trabajo de la diferencia cambia al discurso científico y didáctico de la historia y lo convierte en una escritura "desplazada" (en sí misma y en su relación con la disciplina)("El hombre Moisés", la aclaración es de mi autoría), es decir en una novela....Pero, en Freud, esta operación no crea otro lugar, no coloca a la novela en un campo distinto del de la historia....Freud reintroduce al otro en el mismo lugar...la ficción (Freudiana) tiene el privilegio de poder "volver a llamar al otro a escena", como hace el público con los actores, "al sentimiento de extranjería".(Como lo llamará en "Lo siniestro". La aclaración es de mi autoría) (M. de Certeau, "La escritura de la Historia", pag. 330)

 

                                                       Freud realiza dos movimientos simultáneos que transforma en dos operaciones: al inventar el inconciente como el espacio en el cual se va a desarrollar ese lugar privilegiado de la producción humana pone a trabajar el pasado en el presente de cada sujeto al mismo tiempo que destraba la operación al dar cuenta histórica de la mítica fundante con Totem y Tabú comenzando la intervención freudiana de "su hacer" con la historia. Dos operaciones de una misma banda de Moebius: que hace Freud con la historia y que efectos produce ésta en Freud con un borde fundante que articula a ambas: su producción del inconciente= el muerto habitando al vivo, el pasado habitando el presente.     

                                                        El muerto habita al vivo, se infiltra y vive ahí, volviendo ilusoria la conciencia del sujeto de estar en su casa. Este "obs-ceno" - por estar fuera de la escena (conciente)- inscribe ahí la ley del Otro; precisamente esta ley del Otro será la matriz del instante que funda y sostiene el acontecimiento

                                                         Por lo tanto el olvido aparece como una acción contra el pasado y al mismo tiempo la huella del recuerdo, que es el regreso de lo olvidado, como la acción de ese pasado siempre obligado a disfrazarse, a camuflarse e infiltrarse: retorno del pasado obs-ceno, perturbador y perturbado por su origen espurio de transgresión, traición y muerte

                                                       Freud, desde el psicoanálisis, será el fundador de un concepto de tiempo donde el pasado entra por las grietas de las obscenidades pertubadoras que implica decir que el acontecimiento que lo funda es el instante que implica un mito de origen como repetición y salida: encuentro siempre fallido y por eso mismo de ruptura y salto  

                                                     Será por lo mismo que Freud escribirá que el acontecimiento es el instante que funda desde tal la posibilidad del acto y escribirá, en prólogo a la segunda edición de "La interpretación de los sueños": (este libro) "...era mi reacción frente a la muerte de mi padre. Vale decir, frente al acontecimiento más significativo y la pérdida más terrible en la vida de un hombre" y en el capítulo IV de "Totem y tabú": "Un acontecimiento como la supresión del Padre por la horda fraterna tenía que dejar huellas imperecederas en la historia de la humanidad".

 

Acontecimiento Benjamin:

                                                           Será al “laberinto Benjamin” dónde nos adentraremos para tratar de dar cuenta de su lectura acerca del lugar del recuerdo, la rememoración y la memoria y de su relación con estos conceptos freudianos para desarrollar la apertura de sus propios conceptos acerca de su propuesta a tener en cuenta para elaborar su personal filosofía de la historia que romperá los moldes establecidos por la propia historiografía positivista en donde la sucesión de hechos y avatares son la única y remanida manera de dar cuenta del lugar del hombre en el mundo: “La historia es objeto de una construcción cuyo lugar no es el tiempo homogéneo y vacío, sino aquel pletórico de tiempo-ahora. Así, para Robespierre la antigua Roma era un pasado cargado de tiempo-ahora, que él hacía saltar del continuum de la historia…Ella es el salto de tigre hacia lo pretérito. Sólo que tiene lugar en una arena en la cual manda la clase dominante. El mismo salto bajo el cielo libre de la historia es el salto dialéctico, como el cual concibió Marx la revolución” Tesis XIV en “Sobre el concepto de historia”

                                                      En el manuscrito M de las citadas tesis se lee “La historia es objeto de una construcción cuyo medio no lo constituye el tiempo homogéneo y vacío sino aquél pletórico de tiempo-ahora…” y continúa “…allí donde el pasado está cargado con este material explosivo, la investigación materialista le agrega la mecha al continuum homogéneo y vacío de la historia. Al hacerlo tiene en mente hacer saltar de éste (esto es, de dicho contínuum) la época…”

                                                            Y será ahí en donde nos vamos a encontrar con alguna cita que cual idea fuerza nos guiará para investigar de donde abrevó para desarrollarla: escribirá en las tesis:  “La memoria es el relampagueo de la conciencia en un instante de peligro”: aquí tenemos condensada un aspecto de su concepción y de su lectura de Freud porque considera la memoria como una aparición que ofrece un relámpago que se nos presenta en un instante que en sí mismo anuncia un peligro pero: a quién ó a quienes?: continuará escribiendo en sus tesis: a todas las generaciones que nos precedieron y que fueron derrotadas en la historia de la humanidad: por lo tanto la memoria: memoria del instante: rememoración, ocupará el lugar de privilegiada región que permitirá, mas allá del sujeto, asumir en un instante, en ése instante de peligro la posibilidad de la salvación: es decir el relampagueo que asomará para decirnos de la humanidad redimida en una postura que, dado sus vínculos con su amigo, el cabalista Gershom Scholem, será la rememoración del esplendor: una memoria que rememora y que es del orden del mesianismo: esto dice de su postura en donde la llegada del Mesías será el momento en que las generaciones vencidas en la historia de la  humanidad se rediman de todas sus  derrotas

                                                              Que es lo que escribe del progreso? qué dice de la imagen de la pintura de Klee que lo acompañó durante gran parte de su vida?: “Hay un cuadro de Klee que se llama Ángelus Novus. En él está representado un ángel que parece como si estuviese a punto de alejarse de algo que mira atónitamente. Sus ojos están desmesuradamente abiertos, abierta su boca, extendidas sus alas. El ángel de la historia ha de tener ese aspecto. Tiene el rostro vuelto hacia el pasado. En lo que a nosotros nos aparece como una cadena de acontecimientos, él ve una sola catástrofe, que incesantemente apila ruina sobre ruina y se las arroja a sus pies. Bien quisiera demorarse, despertar a los muertos y volver a juntar lo destrozado. Pero una tempestad sopla desde el Paraíso, que se ha enredado en sus alas y es tan fuerte que el ángel ya no puede plegarlas. Esta tempestad lo arrastra irremisiblemente hacia el futuro, al que vuelve las espaldas, mientras el cúmulo de ruinas crece ante él hasta el cielo. Esta tempestad es lo que llamamos progreso” - Tesis IX

                                                             Esta es su pesimista concepción de la historia que reforzará cuando escribe que la historia de la cultura es la historia de los despojos que han quedado a lo largo de ésta y que el enemigo no ha dejado de vencer y ni los muertos estarán a salvo de esta derrota: estos planteos acerca del futuro del hombre, escrito en apogeo del nazismo y que preceden a su suicidio puesto en cuestión(quiero decir que hay hipótesis de que fue asesinado por esbirros estalinistas en la frontera pirineica de España) también lo acercan al Freud del “Malestar en la cultura” en cuanto a su visión acerca del futuro humano: “Quien quiera haya obtenido la victoria hasta el día de hoy, marcha en el cotejo triunfal que lleva a los dominadores de hoy sobre los vencidos que hoy yacen en el suelo. El botín, como siempre ha sido usual, es arrastrado en el cortejo. Se lo designa como el patrimonio cultural…No existe un documento de la cultura que no sea a la vez de la barbarie. Y como en sí mismo no está libre de barbarie tampoco lo está el proceso de transmisión por el cual es traspasado de unos a otros”. Tesis VII

                                                        De dónde saca Benjamin estos conceptos acerca de tiempo-ahora, memoria, imagen, recuerdo, rememoración, el pasado y el lugar de éste y su intento de establecer una rememoración que se haga presente en el espacio de las relaciones entre los hombres: quiero decir: cómo se las arregla para extraer de Freud conceptos acerca del sueño y de las imágenes en el despertar para trasladarlas a una masa de hombres que compartirían este sueño colectivo?

                                                              Benjamin realiza una transposición de conceptos psicoanalíticos nodales: sueño, trauma, inconciente incorporándolas como categorías histórico-políticas retomando las elaboraciones respecto a la conciencia y contrapondrá su propia teoría acerca  de la rememoración, el recuerdo y la experiencia vivida apoyándose en estas elaboraciones para construir un aparato conceptual lo absolutamente diferenciado de la temporalidad histórica sobre la que se asienta la historiografía moderna y será este concepto de tiempo el que permitirá articular la apropiación de herramientas conceptuales psicoanalíticas para convertirlas en categorías historiográficas

                                                            En “Sobre algunos temas de Baudeliere”, capítulo III, trabajando el tema de la memoria y comparando a Freud con Proust (el Proust de “En busca del tiempo perdido”) escribirá: “Es aconsejable volver a Freud en busca de una determinación más sustanciosa de lo que en la “mémoire de l’intelligence” de Proust aparece como desecho de la teoría bergsoniana. En el año 1921 se publica el ensayo Más allá del principio del placer, que establece una correlación entre la memoria (en el sentido de una memoria involuntaria) y la conciencia. Dicha correlación tiene figura de hipótesis. Las reflexiones que le añadimos seguidamente no tienen el empeño de probarla. Deberán contentarse con comprobar su fecundidad en orden a estados de la cuestión muy distantes de los que estuvieron presentes en la concepción freudiana….La proposición fundamental de Freud…formula la suposición de que “la conciencia surge en el lugar de la huella de un recuerdo”. “Estaría entonces marcada por una singularidad: el proceso estimulación no deja en ella, como en todos los demás sistemas psíquicos, una modificación duradera de sus elementos, sino que por así decirlo, se malgasta en el fenómeno de hacerse conciente”(Freud). “La fórmula fundamental –escribe a renglón seguido Benjamin – de dicha hipótesis es “que hacerse conciente y dejar huella en la memoria son incompatibles para el mismo sistema”. Agrega Benjamin: “…traducido a la manera de Proust: sólo puede ser componente de la memoria involuntaria lo que no ha sido “vivido” explícita y concientemente, lo que no ha ocurrido al sujeto como “vivencia”. “Atesorar huellas duraderas como fundamento de la memoria” en procesos de estimulación es algo, según Freud, reservado “a otros sistemas que hay que concebir como diversos de la conciencia”. Según Freud la conciencia en cuanto tal no acogería ninguna huella de la memoria”” (hasta aquí la cita de Bénjamin,) Aquí también podemos observar la impronta de la influencia surrealista como la cita en relación a la memoria involuntaria

                                                             Que dice Benjamin del sueño y de la alianza al colectivo humano: “Uno de los presupuestos tácitos del psicoanálisis es que la oposición diametral entre el sueño y la vigilia no tiene validez alguna para la forma empírica de la conciencia humana, tendiendo mas bien a una infinita variedad de estados concretos de conciencia, determinados por todos los grados concebibles de vigilia de todos los centros posibles. El estado de la conciencia, tallada en múltiples facetas por el sueño y la vigilia, sólo se puede transferir del individuo al colectivo” Konvolute K1,5  (se denominan así a los rollos de papel encontrados en la Biblioteca Nacional de París en donde escribía el “Libro de los pasajes” – páginas atiborradas de citas sin comentarios y que entregó a quien era en ésa época bibliotecario de la misma - George Bataille - para ser resguardados (escondidos) durante la ocupación nazi, que fueron hallados mucho tiempo después y que hicieron dudar a los miembros de la Escuela de Frankfurt de su veracidad) y escribirá de la relación del sueño con la teoría de la percepción así como en el fragmento conocido como Traumkitsch, del año 1926 donde afirma que “El sueño participa de la historia”, estableciendo así una correspondencia entre ambos espacios

                                                          En el “Libro de los pasajes” se apropiará de la práctica interpretativa del psicoanálisis sobre el texto del sueño porque características del sueño reconocidas por Freud resultan afines a lo que denomina imágenes dialécticas. Al ser el sueño una combinación de representación-imagen y representación-palabra, en donde se anuda lo vivenciado reciente y lo mas antiguo, el sueño deberá ser interpretado debido al hecho de la desfiguración onírica sometiendo su contenido a operaciones de condensación y desplazamiento a fin de evitar la censura, sirviéndose también del acervo simbólico disponible en el “inconciente del pueblo”: La interpretación de los sueños,(segunda parte), en Obras completas, T. V, pag.357): en donde se encuentran las afinidades del sueño freudiano con las imágenes dialécticas de Benjamin? “En lo que ha sido con el ahora…, la imagen dialéctica aparece a los ojos de una época determinada: a saber, aquella en que la humanidad, frotándose los ojos reconoce precisamente esta imagen onírica en cuanto tal. Es en este instante en que el historiador emprende con ella la tarea de interpretación de los sueños” Libro de los pasajes pag. 466

                                                               El sueño del colectivo será su pasado y el presente ocupará el lugar de la vigilia y el momento ó proceso del despertar se equipara al ejercicio de la rememoración y la imagen: “Es aquello en donde lo que ha sido se une como un relámpago al ahora en una constelación. En otras palabras: imagen es la dialéctica en reposo. Pues mientras que la relación del presente con el pasado es puramente temporal, continua, la de lo que ha sido con el ahora es dialéctica: no es un discurrir. Sino una imagen en discontinuidad. Sólo las imágenes dialécticas son auténticas imágenes (esto es, no arcaicas) y el lugar donde se las encuentra es el lenguaje” Libro de los pasajes, pag. 464

                                                            Lo que denomina “giro copernicano” será el ejercicio histórico y político del ejercicio de la rememoración como una nueva técnica del despertar teniendo el presente preeminencia metodológica: “El giro copernicano es el siguiente: se toma un punto fijo: ´Lo que ha sido’, se vio el presente esforzándose tentativamente por dirigir el conocimiento hasta ese punto estable. Pero ahora debe invertirse esa relación, lo que ha sido debe llegar a ser vuelco dialéctico, irrupción en la conciencia despierta(…) el despertar es la instancia ejemplar del recordar” Ibid, pag. 394

                                                           El historiador ejercerá las imágenes dialécticas para, “mediante el método destructivo-crítico hacer estallar la continuidad histórica y luego en un segundo momento, en donde el pasado es alcanzado por la actualidad, disponiendo de fragmentos arrancados al continuum histórico y sin que halla continuidad entre ellos” y dirá que “esta metodología será como la interpretación freudiana porque este montaje permitirá el acceso al despertar de un saber, aún no conciente, de lo que ha sido Ibid, pags. 460 -472-477-478 (Aquí también, en esta cita, reconocemos la influencia del surrealismo)

                                                                  Esta metodología de apropiación de categorías freudianas–sueños, recuerdos, inconciente - para transponerlas en conceptos históricos-políticos tendrán, desde su concepción explicitada en su “Libro de los pasajes”, un “otro lugar” con nuevas significaciones correspondientes a un sujeto colectivo y de esta manera producirá un salto cualitativo que marcará la posibilidad de entender al sujeto colectivo desde la perspectiva  de una otra época, arrancando y haciendo saltar de sus goznes una concepción del sujeto sin ensamblar: desde su lugar de soñante, desde la fantasmagoría que implica a un “flaneur”(deambulador, trotacalles) a la fantasmagoría de una época histórica como lo desarrollará en “París, capital del siglo XIX”. Benjamin llamará iluminación a la estructura del momento:- fenómeno originario donde tiene lugar la verdad de la historia bajo la forma de imágenes dialécticas y cuyo método es el montaje.

                                                          “La historia marxista tiene una responsabilidad: liberar a la tradición de las garras de los opresores…la esperanza va más allá de lo dado para abrir el ámbito de lo posible. El recuerdo activo, la rememoración (Engedeuken), establece la posibilidad…es en la práctica política donde la historia existe. La verdadera imagen del pasado pasa rápidamente. El pasado es retenido sólo como una imagen que es percibida como un relámpago en el instante de su cognocibilidad, que jamás volverá a ser visto”

                                                             La tarea negativa de Benjamin está centrada en una crítica del evolucionismo en pos de una intervención en una instancia (lo real) porque, como el capitalismo, no morirá de muerte natural: “El tiempo-ahora es la inversión de la evolución uniformemente variada…La historia es el objeto de una construcción cuyo lugar no lo forma el tiempo homogéneo y vacío, sino el tiempo-ahora (Jetztzeit)pleno”

                                                          “La política ostenta el primado sobre la historia”: esta supremacía señala que no se trata de una relación de contigüidad entre segmentos temporales . Del pasado al presente se podría postular una yuxtaposición dada por la transición propia y objetiva del cosmos; del pasado al ahora (que es siempre nuestro) existe una relación de deseo, de requerimiento, de exilio que sale de toda linealidad. El tiempo-ahora constituye el acontecimiento total de la historicidad: la transformación radical del mundo, la creación de la felicidad, la eliminación del sufrimiento, la venida del Mesías, en fin, la revolución”.

                                                           “La historia no se acumula, se construye. Son las esperanzas presentes las que aprovechan la productividad de sentido de aquellos signos que como en los éxtasis nos impactan de un modo diferente. El impacto es como el de la revolución que es superior porque transforma ese mundo trágico.

El conocimiento nos enseña a experimentar el éxtasis de la liberación y de la felicidad: el “shock” que experimentamos en el amor ó en el instante de peligro”

                                                               La ruptura del presente, el descomponer la cadencia del tiempo, es la virtud mas importante del saber histórico, por lo tanto será la aprehensión historiadora actual la que confiere el carácter histórico a la facticidad que es tal si pertenece a nuestra concepción de la historia.

                                                                   La historicidad está dada por el recuerdo que realizamos en el presente, por lo tanto será una teoría de la memoria su filosofía de la historia. Por lo tanto subraya la preeminencia y la prevalencia del presente que se hace en nombre de las generaciones vencidas y del sentido mesiánico al esperar activamente la llegada de la transformación radical del mundo y del hombre, transformación que, esperanza mediante, se realice a través y en función del soñar de toda la humanidad: dirá la Tesis VI: “Articular históricamente el pasado no significa conocerlo como verdaderamente ha sido. Significa apoderarse de un recuerdo tal como éste relampaguea en un instante de peligro…”

 

Bibliografía

 

Walter Benjamin: “La dialéctica en suspenso, tesis sobre la filosofía de la historia”, “Para una crítica de la violencia”

“El narrador”, “El libro de los pasajes”, “El París del segundo imperio”, “Algunos temas sobre Baudeliere”

Sigmund Freud: “La interpretación de los sueños”, “Lo siniestro”, “Una neurosis demoníaca en el siglo  XVI”, “Mas allá…”

Michel de Certeau: “La escritura de la historia” “Historia y psicoanálisis”, “La fábula mística”

María Castel: “Temporalidad, inconciente y tiempo histórico”

Agnes Heller: “El hombre del renacimiento”

 

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miércoles, 15 de agosto de 2012

Debatir sobre la técnica en psicoanalisis. por Estela Maidac


Debatir sobre la técnica en psicoanálisis



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Una característica de la Modernidad es la producción en serie incluida la visión del ser humano objeto de clasificaciones científicas. 

Freud, hace una doble ruptura, la primera  dividiendo al sujeto con la invención del inconciente y su lógica que como consecuencia desbancó la hegemonía de la Razón ligada a la conciencia y al sujeto racional dueño de sus actos nacido en dicha era.

La segunda consecuencia fue la ruptura de la producción en serie proponiendo un modo de tratar el padecimiento humano que apunte a la singularidad. Al transmitir su clínica dio cuenta de la particular historia de cada sujeto en transferencia, condición necesaria para la cura.

Que sus casos fueran leídos como novelas habla de que la verdad tiene estructura de ficción. Esto sorprendía y casi molestaba a su espíritu científico aunque también sabía que la ciencia no alcanzaba para aprehender la esencia humana y aconsejaba a los analistas a investigar mitos, religiones y literatura.

En su texto Más allá del principio del placer da un salto en la teoría y plantea a la repetición como esencial al funcionamiento psíquico. No todo era Vorstellung repräsentanz, o sea cadena significante, nombre que le da Lacan a las representaciones freudianas sino que opera un núcleo oscuro que ya en el Proyecto de una psicología para neurólogos nombraba como la Cosa, das Ding,  perdida desde los comienzos aunque nunca tenida, del orden de lo éxtimo pero que continúa produciendo efectos.

El real psicoanalítico no es el real de la ciencia, es el real anudado a lo sexual.

Nuestra práctica y reitero, nuestra práctica solo es tal, en transferencia aunque tanto Freud como Lacan teorizan pensando en la ciencia y el segundo la define como una ciencia conjetural. 

Con respecto al tema que voy a proponer en este trabajo tengo por interlocutor al libro de Ricardo Diaz Romero: La pregunta por la técnica con quien coincido en su planteo del analista como el technítes griego. El tema se ma ocurrió como  producto del trabajo realizado con Nora Trosman de la conferencia de Heidegger: La pregunta por la técnica.

Lacan no fue ajeno a la obra del filósofo, tampoco a su persona a quien visitó al final de sus vidas.

Para retomar adonde va a poner Lacan el acento sobre el viraje que hace Freud, dice al comienzo de su primer seminario: “Osó atribuir importancia a lo que le ocurría a él, a las antinomias de su infancia, a sus trastornos neuróticos, a sus sueños. Por ello es para nosotros un hombre situado como todos en medio de todas las contingencias: la muerte, la mujer, el padre”. (1) Nada más alejado de una posición cientificista de exclusión del sujeto. Pero también propone la vuelta a Freud leída desde la teoría del significante saussureana subvertida de forma tal que da un axioma fundamental para el psicoanálisis: “el significante es lo que representa al sujeto para otro significante”.  Con él vuelve a poner en su lugar al lenguaje en psicoanálisis y al significante como el productor del sujeto del inconciente carente de toda sustancia.

Más adelante nos propone situar al sujeto en los efectos del discurso que no es el lenguaje en general ya que es inabordable. Articulación significante que produce un saber no sabido y un sujeto efecto de que hay un decir.

Privilegio del decir sobre el hablar por eso llega  a hablar de un discurso sin palabras.

Si el psicoanálisis es una ética del deseo, en tanto praxis, necesita estar asentada en las tres patas
necesarias según, su fundador: el propio análisis, la práctica del control o supervisiones y el estudio de la teoría.

Tanto Freud como Lacan ponen el acento en la dirección de la cura y no del paciente, cura en la que se  producen el inconciente y el analista. En el 75 Lacan dijo “Nunca hablé de formación del analista, hablé de formaciones del inconciente” (2) esto quiere decir que no es a la manera de la formación estándar de las profesiones como se hace un analista ya que no es una profesión sino una práctica de discurso.

En el seminario de la angustia, el encuentro del 27 de febrero de l963, Granoff a pedido de Lacan hace una exposición de varios autores sobre la contratransferencia.(3)

Este supuesto “concepto técnico” puede llevar a dos vías opuestas.

El de Barbara Low quien goza de la predilección de Lacan. Plantea que hay ciertas satisfacciones que recibe el analista como respuesta al daño, consecuencia de tres privaciones: inhibición del placer narcisista, inhibición de la certeza dogmática en la esfera intelectual y la más difícil de soportar, penosas modificaciones a nivel del superyo del analista. Dichas satisfacciones están a nivel del resorte creador de la actividad artística cosa que no pasa en otras actividades salvo, dice, en el “entertainement”, o sea, el espectáculo. Hace una relación entre el analista y el artista a nivel de la satisfacción recibida en la tarea.

En el otro extremo, siempre siguiendo la ponencia de Granoff está Zsasz cuya preocupación política radica en el poder que ejerce el analista. Para él todo estriba en que el poder sea legítimo y para esto tiene que tener rigor científico, esto es términos exactos. Propone para el análisis el modelo del ajedrez en las que ambos deben atenerse a las reglas. Para quienes no tengan un yo lo suficientemente fuerte como para jugar dentro de las reglas quedaban fuera del análisis y podían recibir psicoterapias.

Desemboca en la ego-psychology. Es claro el ejercicio del poder que ejerce el analista cuando su eficacia en la transferencia es precisamente por no utilizarlo.

Ante tanto cientificismo, ¿adónde quedaron los sueños y los actos fallidos?

Freud ofrecía en los análisis pasar del sufrimiento neurótico al sufrimiento corriente. Esto no era una promesa de felicidad o de no sufrimiento, ideal que suele portar aquel que busca un análisis.

Lacan más crítico del capitalismo ya que pudo ver más que Freud  sus efectos nos propone, en su seminario sobre la ética, no ser garantes del ensueño burgués que asienta la felicidad en el tener y puede transformarnos de consumidores en consumidos. Lo vemos en la clínica de las adicciones.

Intenta una formalización de su discurso y es tajante cuando dice: “El ordenamiento del servicio de los bienes en el plano universal, no resuelve el problema de la relación actual de cada hombre en ese corto tiempo entre su nacimiento y su muerte, con su propio deseo” (4)

La vía de los bienes esta en disyunción con la del deseo. Es más, el ordenamiento de los bienes produce segregación: tener piel oscura, vivir en una villa por ejemplo, son motivo para ser blanco de acusaciones.

El saber técnico se pone al servicio del ordenamiento social.

El campo de concentración es producto del positivismo científico que cataloga como peligroso al diferente.

“La pregunta más correcta, dice Giorgio Agamben en su libro Homo Sacer, con respecto a los horrores del campo, no es la que inquiere hipócritamente cómo fueron posibles…sino indagar atentamente los procedimientos jurídicos y los dispositivos políticos que hicieron posible llegar a privar completamente de sus derechos hasta el punto de llegar a realizar cualquier tipo de acción y no se considerara un delito.”(5)

Una consecuencia de la transformación del capitalismo en financiero y no productivo de la mano del avance tecnológico es que casi no se necesita mano de obra y los sujetos pasan a ser desechos del sistema

El positivismo científico busca que todo funcione excluyendo la verdad del sujeto.

El psicoanálisis, por el contrario, interviene en las fisuras del lenguaje desde una lógica del no todo porque se interesa por el sufrimiento subjetivo que entraña alguna verdad.

Lacan, en el seminario de la ética en relación a nuestra técnica dice que la pregunta por el cómo hacer puede engendrar impaciencia porque su promesa es que muchas cosas deben resolverse. “Pues bien, dice, muchas cosas, pero no todo. Y en esto, ella nos coloca a la espera de lo que puede presentarse como un impasse, incluso como un desgarro, no tenemos forzosamente porque desviar de ello nuestra mirada, aún cuando este fuese todo el resultado de nuestra acción.” (4)

El miércoles 18 de nov. del año 1953 Lacan da su primer seminario al que llamó Los escritos técnicos de Freud. (1) No fue Freud quien les puso “escritos técnicos” sino Strachey al hacer la compilación de la obra.

Ese mismo día de noviembre del 53 Heidegger da su conferencia: La pregunta por la técnica. Coincidencia que nos habla del horizonte ontológico de la época.

En el año 51 Lacan consigue que Heidegger le escriba para el primer número de la revista Psychanaliyse el artículo que titula Logos y en el que se ocupa de la relación de los griegos con el lenguaje. Lacan fue el traductor de dicho artículo. En ese mismo año que en su seminario se dedicó al Parménides habló en contra del psicoanálisis y de la lógica por ser el pensar sobre el pensar propio de Occidente y que llevaba a la logística como la mayor especialización científica. Sin embargo, en Létourdit Lacan va a nombrar su relación con el filósofo en términos de fraternidad.

Para el tema de la técnica Heidegger va a rescatar de los griegos: la Tecné. Sin traducir  las palabras griegas para no desvirtuarlas y achatarles como dice que hicieron los romanos. Plantea que se entiende por técnica un medio para fines o un hacer. Definición instrumental aplicable a la técnica moderna diferente a la artesanal. 

Va a diferenciar la técnica de la esencia de la misma que no implica sustancia alguna y no es accesible por la experiencia, por la práctica o por la representación.

Respecto de los objetos técnicos, gadgets los llama Lacan, Heidegger en su texto Serenidad de 1955 va a proponer “servirnos de los aparatos técnicos y no caer en una relación de servidumbre. “Podemos decir “sí” al inevitable uso de los objetos técnicos y podemos a la vez decirles “no” en la medida que rehusamos que nos requieran de modo tan exclusivo que dobleguen, confundan y finalmente, devasten nuestra esencia.” A esta actitud la lama “serenidad” (Gelassinheit).

No es precisamente esta la actitud que encontramos en las llamadas patologías de la época o clínica de las adicciones y que podemos pensarlas como respuestas al discurso capitalista que impele a consumir.

El problema que clasificarlos con generalizaciones como hacen los DSM lleva a etiquetas yoicas que desresponzabilizan y desabonan del inconciente.

Un joven adicto no pasó a ser un analizante. No pudo preguntarse qué de él lo llevaba. En cambio, repetía en cada sesión: “La moto me lleva sola a comprar las pastillas”.

Un jugador que está en análisis tenía una máxima que tomó de los grupos de “Jugadores anónimos”: “Yo siempre voy a ser jugador aunque no juegue”. Está empezando a hacer desconsistir a ese su “ser jugador” y empezó a no saber quién es y a preguntarse qué lo llevaba al Bingo en vez de ir a estar con sus hijos. Llegó hasta a hipotecar la casa.

Volviendo a la Tecné griega no se trata de ninguna realización práctica sino de un modo de saber. Ocultamiento-desocultamiento en Banda de Moebius.

Aleteia fue mal traducida por verdad. Está más cerca de esas medias verdades que juegan a ocultar, desocultando o desocultar, ocultando en la dirección de la cura.

La carta que se pone a la vista para ocultarla.

Dice Heidegger: “La técnica no es un mero medio, es un modo de salir de lo oculto…la técnica moderna es una provocación que pone ante la Naturaleza la exigencia de suministrar energía para almacenarlas. Hasta la agricultura es ahora industria mecanizada de la alimentación.”

O sea que la manera en que el ser se presenta en la técnica moderna es en su máximo ocultamiento ya que se hace la máxima exaltación del ente. *

Hoy se nos presentan en la clínica situaciones impensables en la época de Freud: fecundaciones in Vitro, congelación de óvulos o espermatozoides, cambios de sexos por intervenciones quirúrgicas, cirugías de todo tipo y parentalidades del mismo sexo. Nuestra escucha apunta a cómo se las arreglan los sujetos con su goce y la dirección de la cura a que se hagan responsables del mismo.

Freud, en sus Consejos al médico plantea que la técnica podía adaptarse a cada analista. Justamente por esto no habló de escritos técnicos.

Entonces, reitero para Freud tan preocupado por fundar una ciencia, la técnica no era fundamental y era adaptable a cada analista.

Lo incuestionable eran: el pedido de asociación libre al analizante y del lado del analista: la atención flotante y la abstinencia.

Lacan va a criticar duramente la utilización de la técnica que hicieron los posfreudianos en tanto reglas a transmitir en los análisis didácticos y confundir la resistencia del discurso con que es el analizante el que se “se resiste a”.

La resistencia es del discurso y justamente es en esos puntos: lapsus, olvidos, donde se puede escuchar al significante. Por eso planteó que la resistencia es también del analista cuando no puede escuchar el discurso del analizante.

Los significantes son los que se leen en lo que se escucha en el decir de cada analizante.







*Nota: Andrés Carrasco, embriólogo del CONICET que está estudiando el efecto de los agroquímicos especialmente el glisfosfato en malformaciones y leucemias, entre otras, dice: “La ciencia dejó de estar al servicio de la humanidad para estar al servicio de los intereses. Las grandes instituciones académicas están muy comprometidos con los grandes concentrados  de capital que les demandan generar mercancías.”.

Podríamos agregar: las prepagas con los laboratorios.













En el seminario I,  Lacan recuerda de la técnica zen el maestro hace intervenciones que no son cualquier cosa porque: “El maestro no enseña ex cátedra una ciencia ya constituída, da la respuesta cuando los alumnos están a punto de encontrarla. A los alumnos les toca buscar la respuesta a sus propias preguntas.”

Estas preguntas para nosotros, analistas, tienen un nombre: síntomas a ser  trabajados en transferencia o creados si no vienen como extrañas incomodidades que el sujeto aparentemente quiere sacarse de encima.

Como consecuencia del trabajo analítico poder decir no a que el síntoma maneje al sujeto y decir sí a saber arreglárselas con él sabiendo también que hay un punto irreductible.

Ricardo Diaz Romero en su libro La pregunta por la técnica del psicoanálisis plantea la misma comparación de la técnica con la tecné griega que se me ocurrió al leer la conferencia de Heideguer y también que en el 53 Lacan decía que “el único modo legítimo de hablar de técnica del psicoanálisis era desplegar la estructura subjetiva, desplegar la estructura de la situación analítica y luego superponerlas, para así encontrarnos con los lugares que serán ofrecidos al analista en la transferencia, los lugares desde donde llegará su acción, las posiciones hacia las que estará dirigido el decir del analizante. Es a partir de esto que se podrá escribir los distintos tipos de intervenciones del analista en el curso de la cura.”

Coincidiendo en parte con la concepción de la tecné griega, la técnica no es una herramienta utilizada por el analista sino creada en transferencia en la que el analista es parte del “concepto”  de inconciente y del discurso analítico.

La técnica no puede pensarse por fuera del deseo del analista y de su acto, acto analítico que se da en el entramado de las intervenciones en lo imaginario, lo real y lo simbólico.

En una presencia del analista que consistiría en un estar-sin-ser interviniendo desde el deseo de analista, intervenciones que no valen sino, en cada sesión y momento de la misma y con cada paciente por eso no somos profesionales que intervenimos desde el saber.

Para concluir diría que tenemos que interrogarnos si podemos llamar  “técnica” a la analítica ya que aborda lo que no anda, lo sintomático,  no para hacerlo andar taponando agujeros a la manera del recurso perverso sino que en transferencia, encontrarse con ese punto de desamparo estructural para, desde la castración del Otro poder hacer el pasaje del síntoma, como solución de compromiso, al sinthome como suplencia mediante la inscripción de la imposibilidad y  ya no de la impotencia neurótica .

Es porque no hay relación sexual que los hablantes necesitamos suplencia.



Estela Maidac