Pagos con lo real del cuerpo en el lazo social
Estela Maidac
A modo de introducción
El cuerpo que tenemos
pertenece a los tres registros: imaginario, ese que se arma frente al espejo
pero sostenidos por un Otro, tiempo de alienación a los significantes del Otro
y júbilo por ver que esa imagen que nos promete unidad y potencia; el
simbólico, baño de lenguaje que nos precede y en el que somos inmersos. Lacan
la llamará lalangue. Fort- da, alienación-separación y marcas significantes que
constituyen al sujeto barrado. Más adelante ese sujeto se hará escuchar en los
fallidos, chistes, sueños, quiebres en las frases cuando el niño tome la palabra. Palabra que como analistas,
escuchamos su decir, verdades dichas a
medias que nos permiten hacer las operaciones analíticas: una interpretación,
un corte, emitir un sonido o un gesto, etc. El tercer registro, el real, objeto perdido de la primera experiencia de
satisfacción y que para Freud nos lleva a la interminable búsqueda. Repetición
más allá del principio del placer. Para Lacan va a ser su único invento, el
objeto a, objeto que rompe con la teoría del conocimiento entre un sujeto y un
objeto ya que este objeto es inespecularizable,
irreconocible. agujero de goce ligado a
los objetos pulsionales, agregando dos a los de Freud, la mirada y la voz. Objetos que en losange con
el sujeto barrado arman los fantasmas.
Porque apostamos al
inconciente como materialidad significante, nuestra práctica y política es la
del síntoma como vía regia para extraerle medias verdades al saber. El significante nos pone letras en el cuerpo
como escrituras que vienen del deseo del Otro.
Por otra parte tanto
analistas como analizantes estamos inscriptos como ciudadanos en un sistema
social cuya política impone las reglas del juego. Cuando es un sistema
neoliberal, como el actual, aumenta considerablemente el padecimiento : hambre, desprotección, pérdida de trabajos
para bajar salarios transformarlos en precarios, violencias de todo tipo. Por
ejemplo el operar a la manera de la dictadura de varios gendarmes contra dos
chicos de la villa 21 Ivan y Ezequiel relacionados a La Garganta Poderosa.
Respecto al
sufrimiento de nuestros pacientes estamos preparados y dispuestos a
acompañarlos a que alivien sus sufrimientos neuróticos o psicóticos que los atormentan para poder
afrontar mejor, los de la vida. Pero ante el sufrimiento social también estamos
expuestos, si no somos indiferentes, y puede responder
nuestro cuerpo.
Lacan decía que en sus
seminarios estaba en posición de analizante porque era quien hablaba, nosotros,
analistas también podemos estar en posición de analizante en nuestro propio
análisis o dando un seminario pero en la calle estamos en posición de
ciudadanos. También como analistas podemos llevar adelante tratamientos en
hospitales, por ejemplo o hacer lecturas
o intervenciones en lo social, en escuelas, por ejemplo. También podemos elegir
ser militantes de una política determinada. Pienso que son diferentes posiciones.
Me pregunto si cuando
presentamos un caso o hacemos una lectura de una película o un libro estamos en
posición de analizantes.
Voy a presentar algunas
puntuaciones sobre el film “La chica danesa” del director Tom Hooper. Se trata del primer caso de operación de un
transexual. Empieza en Copenhague, 1926
Lo que más me conmovió
de esta película fue su estética. Bellísima pero también me dio la oportunidad
de contactarme con el sufrimiento subjetivo por el que pasa alguien que se
siente en un cuerpo equivocado. Eddie
Redmayne nos lo hace vivir con él. Recalco el sufrimiento porque a veces
corremos el riesgo de desestimarlo por la angustia que puede producirnos.
Nunca he tenido oportunidad de tratar a un
transexual pues el año que estuve en el equipo del Dr Morgan en el Borda
haciendo psicodiagnósticos, nunca me tocó hacerle a un transexual y cuando pude
entrar a un hospital fue en el equipo de niños del Lanús.
Los discursos que
plantea Lacan en el seminario 17 los pienso usables para la lectura de
situaciones discursivas además de en la experiencia
analítica.
Al comienzo de la
película, él, Einar Weneger, que luego será Lili, está en posición de amo y su
partenaire, Gerda, una histérica. Sabemos del destino del amo cuando es interpelado
en su deseo por la histérica. Acá más que la castración del amo que está en el
lugar de su verdad lo que va a aparecer es un transexual.
Hay una primera escena
en la que vemos una mirada dolorosa de ella. Podría ser la envidia fálica ante
él que posee los brillos de ser uno de los mejores pintores de Dinamarca como
dice su marchand en la muestra del Rasmuseum con la que abre el film.
La sacan de esa mirada, dos comentarios que le
dirige una mujer sobre si le gustaría pintar así o si se siente orgullosa de su
marido y el encuentro con la mirada de él. Se recompone. De la muestra salieron riendo y festejando juntos los éxitos
obtenidos por él.
Como ella también es
pintora pero con sus retratos no logra interesar al mercado nos podríamos
quedar con la envidia fálica sin embargo pienso que nos guía mejor la ruta del
deseo.
El dolor en su mirada
lo interpreto como su desgarramiento histérico de saberse objeto para el deseo
del Otro.
A la mañana siguiente a la inauguración ella se
levantó antes y él le pide que regrese a la cama. Ella le responde: “Quiero que
me lo pidas amablemente para no sentirme manipulada”.
No falta contacto
corporal entre ellos y en las escenas que suponemos que hay coito, ella se lo monta. En una fiesta cuenta en un grupo que fue ella quien se lo
levantó. Que él era muy tímido.
Además de histérica y su insistencia en el
deseo, era una artista con todo lo subversivo que esto podía implicar. Se queda
a solas de ex profeso con un hombre a quien le está haciendo un retrato. Ante su incomodidad le dice que se
entregue a ser mirado por una mujer que a los hombres les cuesta, pero que si
se entregan, les gusta.
Las cartas están echadas casi desde el
comienzo del film. El va a una sala de ensayos y clases de baile clásico y pasa
la mano por las ropas femeninas de una manera sugestiva. Cuando Ulla, amiga y modelo de Gerda,
lo descubre en el lugar, le comenta a la
mujer que la viste que no se preocupe que él, sólo tiene ojos para su mujer. Él
no entra en el juego en que Ulla es la otra mujer para Gerda. No es el marido de
la Bella Carnicera de Freud interpretado por Lacan. Gerda es única para él casi como las madres de
los transexuales que describe Stoller.
Él vive pintando
obsesivamente. Lo voy a interpretar como su anudamiento . Cuando ella le dice
que a veces piensa que va a atravesar el lienzo y va a caer en el pantano que
está pintando, él le responde que el pantano está en él. Sale de su boca un saber
“ sospechado” que irrumpe. El no le
perdió la pista a Hans, su amor de la adolescencia. Sabe que es un gran
comerciante de cuadros en París. En aquella época lo alentaba a ser pintor.
Ella, insiste. Le pide
que pose para ella en lugar de Ulla que no puede ir. Que se ponga medias de
mujer y zapatos de bailarina. No le
alcanza, lo hace sostener el vestido
sobre su cuerpo.
Ulla entra, ve la escena y lo bautiza Lili. Entre bromas ve
que lo que él desea es ser una mujer.
Gerda sigue lo que
para ella es un juego. Como a Einar no le gustan las fiestas le propone que para divertirse vaya diferente.
Lo pinta y lo viste de mujer. En la fiesta lo pierde y lo encuentra besándose con un hombre. Empieza el derrumbe
de ella que quiere recuperar a Einar y
el padecimiento de él que solo quiere ser Lili.
Se siente en un cuerpo
equivocado y esto le produce sufrimientos desesperantes.
Gerda empieza a
hacerle retratos a Lili. Los pinta con la pasión que Einar ponía en los
paisajes. En esos retratos trata de
poner en imágenes el enigma de la
feminidad.
Se los lleva al
Marchand y es invitada a Paris a exponerlos. Les viene bien partir de
Copenhague porque en una visita médica Einar casi es encerrado en un
psiquiátrico.
En París, Gerda
intenta reencontrarlo por el lado de la pintura y recurre a Hans. Como él representa
pintores cree que lo va a ayudar a
pintar.
Lili le insiste a
Gerda que no quiere ser pintora, que quiere ser mujer. Se presenta ante
Hans como Lili, prima de Einar y le
cuenta que su primo le contaba que se sentaban a soñar en las rocas. Rocas y
paisajes que reproducía Einar en su pintura. Le recuerda el beso que le dio
Hans a Einar interrumpido por la trompada que Hans recibió del padre de Einar, probable motivo de que hayan dejado de verse.
Ambos abandonan la pequeña ciudad.
La muestra de Guerda
es un éxito. Einar no la acompaña. Hans
se lo señala y la invita a cenar. Ella insiste en ser la
esposa de Einar y escapa de la muestra en plena tormenta. Llega derrumbada. La
espera Lili con la cena y ante sus reclamos le dice que Einar murió pero como Lili la ama
a ella y le aclara que con su amigo solo se besan.
Acá está presente la desgarradura entre el
amor y el deseo que Lacan va a sostener hasta el seminario 20 adonde los va a
unir enfrentándolos al goce en las
neurosis.
Gerda, desesperada
busca intervenciones medicas. La primera le dan como un electroshok en las
partes supongo que con hormonas masculinas para matar a Lili. Como sigue
nombrándola el médico lo diagnostica
como un perverso sin cura posible.
El segundo después de
escucharlo escribe el diagnostico de esquizofrenia y va a buscar al equipo para
internarlo. Él logra huir.
El tercero me recordó
a Winicott porque cuando Einar la plantea que se siente mujer y le dice que va a pensar que está loco o que
los dos lo están. Gerda lo acompaña todo el tiempo salvo a la última operación
que es hacerle la vagina y Lili elije ir sola. Ahí se separan.
Lili se siente feliz de que por fin le van a
sacar eso que siente de más en su cuerpo y su cuerpo va a coincidir con Lili,
según imagina.
Este médico les plantea que de él dicen que está
loco por ofrecer la operación para satisfacer esa desesperada demanda del
transexual. Les aclara que es muy peligrosa por la posibilidad de infección y
que solo hubo un caso anterior que se escapó antes de la segunda operación.
Cuando estaba mirando
la película se me acercó la chica que trabaja en mi casa y le comenté que era
sobre un transexual que se quiso operar.
Con toda naturalidad me dijo: “Yo tengo una amiga que cuando la conocí
era mujer. Ya se sacó las tetas y tiene pelo en el pecho. Me mata si la trato
de mujer. Ahora está esperando que le hagan las dos operaciones vaciarla y
hacerle un pito. Están en internet todos los pasos de las operaciones en
hombres y mujeres. Ella dice que si se muere en la operación va a morir feliz
porque así no quiere vivir.”
Respuesta médica:
Discurso de amo:
tienen los significantes S1 que les dan el saber, S2 para producir objetos aes
que en los dos primeros casos son los pacientes. Si no puedo tranformarlo con
mi sistema de hormonas es un perverso incurable. El segundo: si es
ezquizofrénico, hay que internarlo. El poder médico en su máxima
expresión. Este punto se relaciona con
lo que planteé al comienzo. Para el neoliberalismo la ley de salud mental tanto
de CABA como de Nación son subversivas. Hay que ponerlas en manos del poder
médico: neurociencias o terapias conductuales, por ejemplo. ¿Porqué no de la
mano de la iglesia? Monseñor Aguer está
pidiendo derogar la Ley de identidad de género.
El tercero de los
médicos, escucha e intenta responder a
la demanda del paciente. Ofrece operarlo y este fue el primer caso.
Cuando ya no pueda
volver a ser Einar va a decir: “Dios me hizo mujer y un médico consiguió estar
curándome de la enfermedad que era mi disfraz”.
El transexual desea:
La Mujer. Pienso que es una demanda que
pide solución por el lado del objeto y no por el lado del amor vehiculizando
algún deseo.
Sexus viene de secare: cortar
Caterine Millot en su libro Exsexo, ensayo
sobre el transexualismo dice: “Stoller
pensó haber aislado su forma pura, que relaciona con uno de los momentos de la
formación del “core gender identity”, del nucleo de la identidad del género en
contraposición al sexo biológico. También marcó la diferencia con el travestido
y el homosexual. Estos valorizan su pene en tanto que el transexual lo detesta
y demanda que se lo saquen. Stoller ya
previene que la operación puede traer la descompensación psicótica del
paciente.”
Hay una escena en la
película que muestra la particular
relación que tienen los transexuales con el órgano. En Paris va a esos lugares
que se ve a las prostitutas y se les pide que hagan cosas. Ella hace escenas
sexis pero se da cuenta que la esta imitando. Entra en el juego y le sigue
mostrando cómo se mueve una mujer. Cuando
imitándola llega a la zona del sexo se ve que se deprime al encontrar
eso que para Lili esta de mas. En una escena anterior lo había escondido entre
las piernas para verse en el espejo cuerpo de mujer.
Stoller dice: “No los
hace la ciencia sino las madres”. No es el primero en nombrarlos de esa forma
pero si en armar la estructura imaginaria de la relación con la madre. Esa
madre nunca se ha separado del hijo. O
no le ha permitido el movimiento de separación. Tiene un contacto corporal con
el niño casi permanente. Goza constantemente de su hijo y el padre casi no
cuenta para ella y tampoco perturba esta relación. Con Lacan podemos hablar de
la falta de la metáfora paterna que manda bajo la barra el deseo materno. Esto
explica la falta de falicización del pene. Falta el falo como terceridad que va
a dar toda significación y el nombre del padre como cuarto término que forme el
cuaternario. El niño quedó en la relación dual con la madre. Dicho así parecería que no hay dudas en
diagnosticar una psicosis. Pero un diagnóstico solo puede hacerse en
transferencia.
Recuerdan el caso
Lulú. ¿Que fuera una nena no parecía una demanda de la madre del estilo de la
que se escucha en el transexual?
Respecto a los
diagnósticos con la teoría de los nudos podemos tener otra manera de pensarlos
además de hacerlos en transferencia.
C. Millot dice algo así al respecto: “A partir de
esta nueva formalización del nudo
borromeo se podría situar el recorrido transexual de la siguiente manera: a
falta del anudamiento de RSI por medio del NP, RSI la identificación del sujeto
a La Mujer haría un anudamiento particular, sólo mantiene unidos a lo I y lo S.
Lo R, en cambio, no queda anudado, y la demanda transexual consiste en reclamar
que en ese punto se produzca la corrección que habría de ajustar lo R del sexo
al nudo I y S.
“El síntoma transexual
tendría así la función estructural análoga a la que Lacan atribuye a la
escritura para Joyce. Por ese suplemento se evita la psicosis.”
Nuestra posición de
analistas nos hace ocuparnos de la
sexualidad que no tiene que ver con la
biología ni con responder a la demanda y considerar que la sexualidad de esta época ha tenido cambios
sustanciales. Por ejemplo, cuando empecé mi práctica, hace bastantes años, a
los homosexuales se los consideraba perversos. En la clínica encontramos que la
homosexualidad puede estar en una neurosis y en la psicosis toma la forma de
empuje a la mujer. Socialmente una pareja homosexual puede contraer matrimonio
y adoptar hijos como cualquier pareja.
Hasta ahora las
patologías graves que tratamos provienen de parejas heteroxesuales.
Millot, Catherine,
Exsexo, ensayo sobre el transexualismo, Catálogos-Paradiso. Bs.As. 1984