miércoles, 11 de mayo de 2016




 VANAGLORIA

                                                                            Oscar Stagnaro
                                                                                                                                          
                    
Juan llegó a mi consultorio cuando corría presuroso hacia su finalización el año 2000 para desembocar en el tumultuoso 2001, con su presagio de crisis para los habitantes de esta ciudad. Se había significado el primer día de aquél año como el arbitrario comienzo de un nuevo milenio. El discurso del Capital, particularmente en Occidente necesita crear hitos, vacíos de significancia, pero que muevan a consumir algo, que prometan la recuperación de una posición Ideal…
Juan, de un modo que no me quedó muy claro y que él se encargó de mantener en las tinieblas, dirigía una empresa, en la cual años antes había tenido dos socios locales…
En aquel momento me llamaba la atención, que sus frases comenzaban con un tono de voz claro y alto y a medida que se desplegaban se hacían ininteligibles, muy difíciles de escuchar, lo que me obligaba a preguntarle con frecuencia: “que dijiste?”.
Para graficar este efecto de fonación en su uso del significante, me resultaba parecido al de Fidel Pintos en la “Mesa del Café” de los ’70, del siglo pasado, y sepan disculpar una referencia tan lejana a uds!
Al llegar a la consulta, su socio era una empresa multinacional, hecho usual a fines de los ’90, si bien él retenía una minoría accionaria, ya no era ‘el’ dueño, pero conservaba parcialmente la dirección técnica de la misma, no así la conducción financiera y gerencial. Sobre él estaba el “presidente de la compañía”, puesto por sus ‘socios’.
La gran promesa del nuevo milenio para él a sus 55 años, era aun mayor, Buenos Aires, sería sede en el 2002, de un Encuentro Mundial de su actividad y por su trayectoria en ese círculo, había sido designado ‘Chairman’ del mismo.
Ese augurio, ya a fines del 2001, quedó incumplido ante la imposibilidad financiera de los locales de hacer frente a la organización de dicho acontecimiento.
Era esa la escenografía, en la que Juan se movía entonces, pero él llegó preocupado por otros motivos.
Antes de entrar en ellos es necesario que recorra con uds. algunos conceptos que usaré aquí y que sólo enunciaré porque fueron desarrollados en escritos anteriores.
Muchos analizantes asocian la acumulación de dinero a potencia, a ‘símbolo fálico’.
Lacan, a lo largo de su enseñanza, nos advirtió la notación negativa (-) del falo ya que desde el descubrimiento de Freud del ‘complejo de castración’, no hay un ‘portador del falo’, sino castración (falta) para que sea posible una ‘sexualidad socializada’.
En su seminario RSI, en la clase del 11/3/1975 en lo que anuncia como ‘un testamento’ nos dice: “El falo es lo que da cuerpo a lo Imaginario… le da su consistencia como concepto”... “hay un Real que ex -siste a ese falo y que se llama: Goce”… “el parl’être pone un acento especial sobre ese falo, como semblante”.
Esa apariencia, agrego, suele ocupar el lugar del mismo falo y da cuerpo y consistencia a lo Imaginario
Dostoyevski en “Los hermanos Karamazov” nos marca a su estilo, que el psicoanálisis
irremediablemente  ‘sigue’ a la literatura y al arte en general, cuando afirma que en realidad: “el dinero siempre hace falta(-)!” (agrego, no presencia).
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En nuestra sociedad el dinero, y quizás más particularmente el dólar, ha sido reificado, lo cual podría desprenderse del leer en ellos la inscripción “In God we trust” y su divinización  quizás va de la mano de estos significantes.
Genuss, significante pocas y precisas veces usado por Freud, tiene en alemán, tanto la acepción de consumo, como goce, deleite o usufructo. Para Hegel, quien quizás lo introdujo en el campo filosófico, es subjetivo, imposible de compartir, inaccesible al entendimiento y opuesto al deseo.
El consumo es guiado por el fantasma de cada sujeto, seducido por su promesa de gratificación imaginaria, que los impulsa a endeudarse bajo su imperativo superyoico y gozador de: “pagar la culpa, de deberle algo a alguien”, el cual ilustro con el dato bancario, que desde hace años en Argentina, menos del 8% de los usuarios de tarjetas de crédito abonan el total de sus consumos mensuales, por lo cual lo que crece exponencialmente es la ‘deuda’, como corolario de la situación del país y/o del mundo...
Ello ha llevado, me parece,  a que quede establecido que el primer poder y quizás el más Real es el poder financiero, devenido consecuentemente poder bélico y una suerte de Ejecutivo transnacional que avasalla soberanías, sostenido entre otros factores por el Goce fantasmático de la ‘posesión’ de dinero, aunque éste, efectivamente, sólo tenga ‘valor de cambio’. Así Occidente logró que otra ficción, el dinero, funcione como Real, para que los neuróticos consuman y se endeuden…
Los analistas, más aun en este grupo, solemos estar interesados en la política, y más allá del hecho que ella nos atraviese por vivir en la Polis, creo que Ello también ocurre por otros factores.
Nosotros trabajamos con el significante y la política también. Sigo aquí a Boris Groys, quien en su libro del año pasado “La posdata comunista”.nos plantea que la Revolución Rusa de 1917, constituyó. “el proyecto más serio, radical y acabado de subordinar la economía a la política, la cual opera con la lengua”… “generando un  ‘lingusitic turn’ de la praxis social al intentar transferirse el funcionamiento social desde el medio del dinero al medio del lenguaje” Es quizás éste operar con la-lengua, aquello que liga nuestra praxis a una política, a un modo de intervenir en la polis a la que además le hemos propuesto un nuevo lazo social.
Freud y Marx tuvieron en común el colocar el síntoma en primer plano, al punto que Lacan en su clase del 10/5/1967 (Sem.XIV, “Lógica del fantasma”) nos dice: “La verdad, no tiene otra forma que el síntoma”. Luego en el seminario XVI, “De un otro al Otro” hace alusión a ‘El capital’ de Marx (precisamente a su parte 3, cap.5) al homologar plusvalía y plus-de-goce, afirmando: “aquello que el capitalista escamotea en su discurso es referirse a la plusvalía y ello es precisamente lo que le hace cosquillas en el vientre haciéndolo gozar”.
En mi praxis, muchas veces, el analizante, capitalista de síntomas, sonríe al relatar alguno de sus tropiezos sintomáticos, ríe con una mueca a veces algo presuntuosa, con una risa diferente a la franca y espontánea que desencadena un chiste oportuno y que me puede llevar a preguntarle:”¿Qué te causa gracia?”. Si bien las asociaciones son diversas, acordes a las situaciones recordadas, esa risa suele mostrar y ocultar a la vez, el inútil goce que produce el síntoma.
Apuntando allí, estimados colegas, a esa particular sonrisa jactanciosa que está más allá del sentido, el análisis suele progresar en su función, para mi, primordial, de atemperar, templar lo mortífero del goce.
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Casualmente, ‘Ndrangheta’, como se denomina a la mafia calabresa, debe su nombre, (tomo aquí, una de las tres acepciones etimológicas, la de Ernesto Ferrero, autor del “Diccionario de la jerga italiana”) a una palabra usada en el sur  de Italia desde el siglo XV, que significa “voz y risa burlona, presuntuosa, imitativa, que se reproduce ante la perentoriedad de una acción o acto criminal”…
Las familias fundadoras de esta sociedad a comienzos del siglo XX y aun vigente para el delito y los negocios, que con el tiempo han sido cada vez más lucrativos, fueron: los Tripodo, Piromalli y los Macri, de la zona de Locride Ionico…
En los últimos años uno de los ejes de mi estudio ha sido el concepto de goce, la materia prima sexual a la cual el Inconciente apela para producir palabras, que suelen impulsar a los sujetos hacia el logro de la plenitud de un placer Absoluto, irremediablemente perdido en la castración, operación que posibilita el Deseo. Recomiendo la compilación que sobre el tema, realiza Néstor Braunstein (2006, Siglo XXI).
Gracias a este regodeo que constituye el  hablar, que quita el goce del cuerpo, los parl’être, a veces van al analista, a quienes el dinero les hace falta, y dicen sin querer, algo, en relación a sus síntomas.
En este sentido, hace tiempo escucho que insiste la cuestión de la posesión de los semblantes fálicos, para marcar fehacientemente la diferencia con los otros, que deben aparecen como privados, o mejor aun despojados  de ese goce. Vivimos lo que llamo, la violenta época del ‘uno’ quien se arroga el usufructo absoluto de aquello que los otros carecen.
Ello, paradójicamente, causa estragos en la vida de esos mismos analizantes aturdidos por el consumo, la apariencia y la mostración de esos semblantes, donde coloco en lugar princeps, el vano intento de la posesión de dinero. Éste, a su vez, les hace falta para pagar las sesiones lo que implica que algún otro goce deba perderse, en pos del de hablar…
A raíz de Ello, un día me encuentro pensando si habrá algún sujeto que pudiera ubicarse en el lugar de “moneda viviente” (concepto de Pierre Klossowski) o sea que pudiera fijar ‘per se’, cuánto dinero cobra por su actividad. Recorrí mentalmente lo que me pareció más cercano a ello, pensé en futbolistas de élite, psicoanalistas, espías, matones, modelos, pero en todos los casos me parecieron actividades  muy atadas a reglas, convenciones y estipendios fijados por algún otro. Se me ocurrió, como respuesta, quien creo pudiera estar en ese sitio es una prostituta free-lance!…(las habrá?)
Hasta hoy no tuve la oportunidad de recibir alguna que consultara y me permitiera corroborar esta hipótesis...

Los motivos por los cuáles vino Juan a las sesiones eran múltiples, se había divorciado hacía 5 o 6 años de su primer mujer, con la cual había tenido 4 hijos ya todos  transcurriendo el final de la segunda o promediando la tercer década de vida.
Más recientemente se había separado de su segunda esposa, a quien había conocido cuando ella ejercía la prostitución, con quien tenía un hijo de 3 años, y estaba en ese momento dirimiendo una batalla legal por ese divorcio. A su vez tenía novia, una chica menor que su hijo mayor, coetánea de sus hijas, a quien había ‘rescatado’ del ambiente de los ‘cabarets’… Pero el detonante para iniciar un tratamiento es que en medio de esa situación conoce a otra mujer de unos 32 años, de quien se “enamora perdidamente” porque según sus palabras: “tiene todo” es “bella, profesional, exitosa, habla perfectamente inglés y en la cama es una puta”…
Así llegó, acto tras acto saltando ¿o huyendo? de una a otra…
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Joseph Vogl en “El espectro del Capital” (Ed. CRUCE, nov. 2015) estima que la deuda pública externa comenzó con los préstamos de los bancos de la  República de Génova,
conducida por Andrea d’Oria, al reino de España, hacia fines del siglo XV,
para financiar sus expediciones con la finalidad de conquistar nuevas tierras, al punto de imponerle a Cristoforo Colombo, como su capitán-custodio-gerente.
Cerca de alli en la Toscana a mediados de ese mismo siglo se fundó el banco más antiguo que aun subsiste: Banca Monte dei Paschi di Siena.
La creación de ese banco entiendo fue el corolario de la caída del período de esplendor y prosperidad de la República de Siena, que se extendió desde mediados del siglo XIII hasta casi finales del XIV. En esa época su gobierno democrático (il Comune) era un colegiado de nueve personas elegidas por votación, representantes de los barrios que conformaban la ciudad, compuesto por los comerciantes y artesanos, no por nobles. Ellos tenían su lugar en un Consejo Comunal Asesor y no se hablaba de monarquía.
No podía haber contemporáneamente familiares en el Consejo de Gobierno y no podían ser re-electos, hasta que hubiera transcurrido un tiempo prolongado.
La duración de los elegidos en sus cargos era bimestral, ad-honorem, así seguían atendiendo luego su actividad particular, pero durante el tiempo de gobernar se trasladaban al Palacio Comunal para dedicarse por completo a la función encomendada, no pudiendo, por ejemplo, faltar a las sesiones de ese consejo de 9. Quedaban excluídos  de la posibilidad de elección los médicos, abogados y notarios por considerárselos peligrosos para el buen funcionamiento de un gobierno, ya que podrían influir en los menos instruídos para sacar algún beneficio en su propio provecho. Los ministros, otros funcionarios administrativos (estos cargos, si podían ocuparlos aquellos profesionales) y la policía duraban 6 meses en su función. ‘Il Comune’, se definía como: ‘gobierno y defensor de la comunidad y pueblo de Siena’. Tenía a su cargo también la actividad judicial, ante cualquier falta o injusticia denunciada, contaba a su lado con un ‘Sindaco’ o guardián de la Constitución de la República.
En ese contexto democrático se desarrollaron, las artes, la producción tanto en la ciudad como en el campo, la construcción y los deportes comenzando en aquél siglo XIII el hoy famoso Palio di Siena, así como juegos de pelota…
Se encomendó a Ambrogio Lorenzetti (Siena 1290-1348), pintar los frescos que decoran la Sala de los 9, (o de la Paz), del Palazzo Pubblico (Comunale) y que constituyen tres de las pinturas que más me han conmovido, por ser de las primeras expresiones del arte civil y laico, que marcan el comienzo del Renacimiento, llamadas:
“Allegoria ed effetti del buono e del cattivo governo”.
Pueden buscarlos y mirarlos, sólo me detendré en el hecho que en el buen gobierno las figuras femeninas que lo inspiran representan la Sapiencia, la Justicia, la Concordia, flanqueadas por la Paz, la Fortaleza, la Magnanimidad, la Tolerancia y la Prudencia, ésta provista de un espejo similar al retrovisor, que le permite interpretar el pasado, observar el presente y avizorar el futuro..
En el mal gobierno, una imagen masculina monstruosa representa al Tirano, que aplasta la Justicia y al Comune, rodeado por figuraciones representativas de la Soberbia, la Avaricia, la Crueldad, la Traición, el Fraude, el Furor o Ira brutal, la Guerra y la Vanagloria, en el mismo sitio que en el buen gobierno era ocupado por la Prudencia, ahora provista de un espejo para mirarse a si misma. Esas cualidades creo son la condensación de las formas usuales, que toma el Goce en el sujeto.
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Este gobierno de Siena, cae a fines del siglo XIV por varios factores, entre los cuáles menciono, la peste negra que los azotó  y la alianza, que los descontentos por el manejo de las finanzas, establecieron con quien los sitió, Karl IV de Praga, que los seduce, en nombre de una potencial prosperidad de la región,  con integrarse a su intento de reanimar el  Sacro Imperio Romano Germánico…


Durante estos 15 años, que con alternante regularidad, Juan ha asistido a las sesiones, causó muchos avatares a su vida… En la época de sus ‘acting juveniles’ se suicidó su hija menor. Poco después del año de haberse casado con la mujer a quien le atribuía la posición “sin falta” y de y con la cual se vanagloriaba, se divorció tras una situación escandalosa en un hotel de New York, que afortunadamente no culminó en tragedia.
Pasado ese furor, hacia el 2005, logró establecer una nueva relación de pareja, de la cual no se jacta, pero le permite vivir más tranquilamente y quien al no tener hijos propios, le ha ayudado a cementar afectuosamente un mejor lazo con los suyos.
Si bien durante algunos años no vino, en un retorno ocurrido en 2011, logró hablar de algo novedoso para el curso de las sesiones; diferente a la erotología que nos había ocupado en los casi diez años anteriores. Se refirió a lo que llamó los ‘spots’ que lo habían mortificado desde joven,  que consisten  en preguntas e ideas que se le imponían y para las cuáles debía encontrar la respuesta y un ‘saber’ sobre ellas.
Por ejemplo, “¿cómo se conformará ese espacio virtual o ‘nube’ donde van a parar los mails, ya eliminados, es material, virtual?” Planteada ésta como otras cientos de preguntas, se le imponía abocarse de inmediato a la búsqueda de la solución y “no podía parar hasta que supiera la respuesta”, “que al poco tiempo olvidaba”….
En ese plano del saber dos a tres años después relató que venía visitando a una prostituta, a quien denominaba: “la rubia linda” y con la cual se quedaba charlando sobre las vicisitudes de la vida de ambos. La había invitado varias veces a cenar luego del encuentro, para indagarla acerca de su saber sobre el sexo.
Atribuía, a ella y a las prostitutas un “saber gozar el sexo”. Quizás como Jorge Guinzburg que durante el ciclo 1994 de “Peor es Nada” contrató como panelista experta en ‘sexo’ a la ‘veterana’ prostituta, ‘Naná’ que ‘regenteaba’ el prostíbulo “Hiroshima” de Maldonado (Uruguay)… La historia comenzaba a repetirse…
La labor analítica pasaba entonces por el hecho que quizás pudiera soportar ignorar…
Que más lo llevaba a encontrarse regularmente con esa mujer de 23 años, además del intento de extraer ese particular saber?  Responde: “su belleza, su juventud y fundamentalmente que al estar conmigo, ella tiene orgasmo”(¡!).
Afirma además que:”al estar con ella, él se siente más joven y bello”.
Como pienso que el orgasmo es una cualidad femenina, el varón suele encontrar un gozo sexual, más allá de la eyaculación, diría por eco-mediación de aquél.
La particularidad de Juan es que además de esa demostración de potencia, que se atribuía, quizás haya querido apropiarse de ese goce?...

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Coincide, sin embargo con Platón, quien en el diálogo, Alcibíades I, dice: “Cuando miramos a los ojos a alguien  que tenemos delante muy cerca, nuestro rostro se refleja en la niña de sus ojos, como un espejo: El que mira ve allí (en la niña), su imagen…”
(Cita tomada de “El sexo y el espanto” de Pascal Quignard).
Es ese el momento ‘fuera de si’ del encuentro sexual, impulsado por la tiranía gozosa del sexo, alguien le puede escapar?
Sófocles vivió 89 años; en el primer libro de la “República” de Platón, Céfalo en su diálogo con Sócrates sobre la vejez, alaba la postura de Sófocles sobre la misma, a quien le atribuye afirmar que: “hace tiempo me liberé con la mayor alegría…de las pasiones sexuales, que al relajarse, dejan de hacer sentir su aguijón,… es como liberarse de un tirano furioso, salvaje y cruel”.
Una de las intervenciones que tal vez tuvo algún efecto en esta última parte del análisis fue mi afirmación que podemos pensar que “lo que más disfrutamos en la vida, es aquello de lo que no nos podemos apoderar (símbolo de la castración), como el orgasmo de las mujeres que ocasionalmente estén con vos, la música, el aire, los paisajes, las pinturas o el arte…”


Una de las paradojas que creo se nos presenta a los psicoanalistas cuando nos referimos a temas tales como la dificultad para atemperar el goce, es que resaltamos claramente un fenómeno que planteamos como ‘humano’, siendo justamente  y a la vez, aquello que pretendemos ‘curar’…
El semestre próximo continuaré en esta línea que contiene para mi, el obstáculo central que se presenta para el establecimiento de algún Lazo Social, con un debate ya planteado el pasado año luego de algunas exposiciones, en relación a los conceptos de: el prójimo, el semejante, el otro…, donde quizás también “El malestar en la cultura” describe y exacerba la paradoja de remarcar como ‘humano’, aquello que el análisis quizás pueda curar…


                                                                       ostagnar@hotmail.com




        

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